He querido empezar hoy otra nueva sección dentro del blog a la que he que he querido llamar "gente del santo". Mi intención no es otra que la de recordar o reseñar a gente que se entregaron o se entregan y sienten el santo, pero de verdad. A su manera, como ya he dicho muchas veces, pero con sentimiento al fin y al cabo. Aquí es cierto que tendríamos cabida casi todos los Triguereños/as, pero siempre hay gente que, con su gestos y dedicación, deben ir por delante en el cartel. Os animo a todos/as una vez mas, que si tenéis algo que aportar en este aspecto, me lo hagáis llegar a mi e-mail (lo tengo puesto en el blog).
Quiero empezar recordando a alguien muy especial, a mi vecino Manuel "El Sastre". Desde que tengo uso de razón recuerdo a Manuel con muchísimo cariño ya que fue una persona muy próxima por la amistad con mi padre. Manuel era de los que los nueve de enero, con el repique de las campanas, se le encogía el cuerpo y ya nada mas que pensaba en el santo y "sus" barriles de vino, porque al fin y al cabo ya eran casi suyos. Cuantas y cuantas copas no habrá puesto Manuel a todo Triguereño y a toda gente de fuera....
Quien de Trigueros no se ha comido un potaje o una caldereta suya. Ni programas de Arguiñano ni recetas. La receta de toda una vida trabajando para los demás. Todavía cierro algunas veces los ojos y llego a oler sus potajes cuando iba con mi padre a su casa en el palenque o cuando las hacia en casa de Juan José Regalado (otro que tiene una mano pa´ esto de la cocina que no veas).
- ¿Este potaje para quien es Manuel?
- Para la Hermandad del Rocío José Mari, pero antes que los rocieros lo vas a probar tu.-me decía muchas veces el amigo Manuel. Y allí que me cargaba yo mi platito de potaje en la nave que tenia detrás de su casa en el palenque. Uff........
Quien de Trigueros no se ha tomado su vasito de caldo la madrugada del lunes del santo en el palenque al calorcito de la candela que Manuel tenia en la puerta de su casa. Recuerdo como si fuese ahora mismo que, cuando el santo pasaba por mi casa, salia corriendo camino abajo para estar allí en su casa. Nunca me ha gustado el caldo de puchero, pero merecía la pena vivir el momento.... aquella olla llena de caldo para todo aquel que quisiera "entonar" el cuerpo y seguir la fiesta. Todo corazón.
Tuve la suerte (o la mala suerte) de estar con Manuel en sus últimos minutos de vida. Recuerdo aquella mañana del martes del santo cuando fui a su casa con mi padre. Se tomaron ellos la copita de vino en la marquesina de su casa (a mi no me gusta el vino). Recuerdo que le dijo a mi padre:
- En "niño" también lo ha cogio este año el Sábado.
Para mi aquello era como una medalla que me colgaban. joder......
Después me pregunto si había sacado muchos canarios ese año. Le dije que estaba la cosa buena, que había echado 10 parejas y que tenia alrededor de 20 canarios nuevos ya. Y nos fuimos. Justo en el trayecto desde su casa en el palenque a la mía, escuchamos un alboroto en la calle de que algo pasaba en casa de Manuel. Nos dimos la vuelta corriendo para su casa y cuando llegamos.....
En fin Manuel, espero que esto te sirva como pequeño y humilde homenaje de un servidor y vecino, que siempre te tuvo en estima, entre otras cosas, por tu devoción y por tu forma de querer a San Antonio Abad.
In Memorian.
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