Fiesta, tradición, culto... por encima de todo eso: SENTIMIENTO.
Referencia de todo Triguereño/ña

FALTAN PARA EL SANTO 2022

miércoles, 21 de julio de 2010

El CERDO Y EL CUERVO

Para la gente del pueblo, quizás conozcan la historia de porque en la peana de nuestro patrón aparecen las figuras de un cuervo con un pan en el pico y un cochinillo, pero para la gente que no la conoce a lo mejor les resulta extraña. Incluso para algunos del pueblo que simplemente están acostumbrados a verlas ahí pues tampoco sepan de donde viene esto. Principalmente, esta claro que San Antonio Abad (o San Antón) es el patrón de los animales, pero ¿porque concretamente un cuervo y un cochinillo?.

Pues bien, la figura del cuervo se debe a que en su retiro como ermitaño en el desierto, San Antonio Abad tuvo la ayuda de este pájaro que todos los días le traía un mendrugo de pan para poder alimentarse junto a los dátiles. De ahí que el cuervo aparezca en el paso con un bollito de pan en la boca, y de ahí también viene que el adorno principal de San Antonio Abad el sábado en su traslado a la iglesia y el domingo en la procesión de tercia sean los dátiles. Este cuervo en un principio no era este actual de plata que ahora luce en la peana, sino que era una talla de madera
de color negro que incluso residía fuera de la misma peana (podéis verlo aquí).

Lo del cerdo también tiene su historia. Se dice que existe la leyenda de que en el parto de una cerda, uno de los lechones nació enfermo. La piedad del Santo hizo que se compadeciese del pobre animal y lo bendijese. En aquel instante el cerdito sanó y pudo empezar a andar. Tanto agradeció el gesto el animal a el Santo que decidió andar de por vida junto a el retirándose así con San Antonio Abad al desierto.
Hoy en día, una de las atracciones de la fiesta es la rifa de cerdos, la cual es uno de los pilares en los que se sustenta economicamente la misma. Desde el día 6 de enero, cuando los críos juegan con sus flamantes juguetes nuevos, los cerdos recorren las calles del pueblo junto a unos pastores y un tamborilero para la rifa de las papeletas. No solo lo hacen en Trigueros, sino también en los pueblos vecinos durante todo el mes de enero hasta que el lunes del Santo, ultimo día de la fiesta, antes de recogerse San Antonio Abad, son rifados en la puerta del ayuntamiento.


Y mientras que esos críos disfrutan de sus juguetes, los menos críos disfrutamos con el sonido de la flauta y el tamboril acompañando el caminar lento de nuestros cochinos de San Antonio Abad. Esa musiquilla que nos sirve de nexo para despedir las navidades y prepararnos para nuestra fiesta grande, San Antonio Abad.

Saludos.

miércoles, 14 de julio de 2010

MIGUEL MUÑIZ

Vamos a retomar una sección que tenia un poco atrasada como es la de la gente del Santo. Esa gente que por su devoción y admiración a nuestro patrón la destaca un poco por encima de todos los demás Triguereños/as.

Hoy me voy a ocupar con especial interés de Miguel Muñiz Pancho, que en mi casa le decimos Miguel "el nuestro" con un cariño enorme (en la foto el segundo por la izquierda).
Miguel es de esas personas para las que San Antonio Abad es mucho mas que el Patrón de su pueblo. Es un sentimiento, una forma de vida... una pasión.

Los primeros recuerdos que tengo del Santo al pasar por mi casa siendo bastante pequeño, es de levantarme mis padres de la cama a las cuatro o las cinco de la mañana antes de que llegará el Santo a mi casa y lo primero que veía era a Miguel sentado ya tomándose el caldito de puchero. Miguel ha sido de los habituales e imprescindibles en mi casa durante años y años, por eso le decimos "el nuestro".

Luego con el tiempo, cuando empezaba a irme el sábado a la puerta de la ermita bien temprano para coger sitio, Miguel ya estaba allí. Recuerdo verlo siempre a la izquierda de la puerta todo el santo día. Me encantaba echar los ratillos allí con el "picandolo" con su Barça de sus amores. Miguel no se movía de allí hasta que el santo salia, y luego al recogerse en la iglesia siempre me buscaba para ver si yo lo había cogido. Cuando le decía que si, su cara le cambiaba y parecía como si el mismo lo sacase... la verdad es que le echo mucho de menos.

Era increíble ver como Miguel, incluso con su discapacidad, aguantaba horas y horas de las frías noches de enero detrás de San Antonio Abad. Desde que ingreso en un centro especial para gente con sus limitaciones, Miguel ha vuelto en varias veces para ver a su patrón, a su San Antonio Abad de su alma, pero ya hace varios años en que el cuerpo no le aguanta tanto tirón. Todavía hoy en día, al abrir la casa de mis padres de madrugada, esperamos a que toque en la puerta y lo veamos entrar. Era uno mas de mi casa en esa noche.

Me imagino lo que tiene que sufrir Miguel de hoy en día sabiendo que llega a finales de enero y no puede estar en la puerta el sábado para ver salir a su santo bendito, como el le decía.

Espero volverlo a ver pronto. Si alguna vez puedes leer esto Miguel, que sepas que te seguimos esperando en la calle Huelva de madrugada, y que siempre tendremos tu copita de puchero preparada. Por cierto, aunque me duela decírtelo... me encanta tu Barça.
Un abrazo Miguel.